Se
llevo a cabo en la Casa de la Cultura Municipal de la ciudad de Oberá la reunion con el grupo Diabeticos de Oberá, informando sobre esta nueva tecnica para medir la glucemia.
Para las personas con diabetes, la punción de sus dedos es una parte más de su rutina diaria, pero quizás pronto puedan ahorrarse el dolor de los pinchazos gracias a un nuevo biosensor de dimensiones nanométricas capaz de medir el nivel de glucosa a partir de fluidos corporales como las lágrimas.
Para las personas con diabetes, la punción de sus dedos es una parte más de su rutina diaria, pero quizás pronto puedan ahorrarse el dolor de los pinchazos gracias a un nuevo biosensor de dimensiones nanométricas capaz de medir el nivel de glucosa a partir de fluidos corporales como las lágrimas.
En la actualidad, quienes padecen diabetes de tipo 1 tienen que
colocar una diminuta gota de su sangre en una tira reactiva; es la única
manera de averiguar su nivel de glucemia para administrarse, en
consecuencia, la cantidad necesaria de insulina. La punción dactilar,
además de ser un procedimiento desagradable y a menudo doloroso que se
debe repetir varias veces al día, puede provocar inflamación y
queratinización de la piel.
La nueva técnica no invasiva de medición, diseñada por un equipo de
investigadores alemanes del Instituto Fraunhofer de Múnich, contiene un
chip diminuto que mide y a la vez realiza un análisis digital. La
información obtenida con el chip se transmite por ondas de radio a un
dispositivo móvil con el que los pacientes pueden mantenerse al tanto de
su nivel de glucosa.
El nuevo sistema de diagnóstico creado por dichos científicos
alemanes podría, pues, relegar al pasado el procedimiento de punción y
dar lugar a un uso generalizado de dispositivos de medición a distancia.
El innovador biosensor, que debe colocarse en algún punto del cuerpo
del paciente, puede medir continuamente la glucemia valiéndose de
líquidos intersticiales que no sean sangre, como sudor o lágrimas.
La medición es posible gracias a una reacción electroquímica activada
con la ayuda de una enzima, la glucosa oxidasa, que convierte la
glucosa en peróxido de hidrógeno (H2O2) y otras sustancias químicas cuya
concentración puede medirse con un potenciostato. Dicha medición
permite calcular el nivel de glucosa.
Tom Zimmermann, del Instituto Fraunhofer, declaró en referencia al
invento: «El chip incluso tiene integrado un digitalizador que
transforma las señales electroquímicas en datos digitales. Antes se
necesitaba una placa de circuitos del tamaño de medio folio. También
hacía falta un circuito de control. Pero estos elementos tampoco son
necesarios ya gracias al nuevo sensor.»
Asimismo, el sensor consume considerablemente menos energía que los
ingenios diseñados con anterioridad para cumplir esta misma función.
Antes se necesitaban 500 microamperios a 5 voltios, pero ahora menos de
100 microamperios. Por tanto, el sistema posee mucha más autonomía y el
paciente puede llevarlo puesto durante semanas o incluso meses.
Fuente: Instituto Fraunhofer
http://www.fraunhofer.de